Una de las cosas que a mis 23 años nunca he logrado aprender es a caminar bien. Parece ridículo, pero es verdad y lo terrible es que destruyo todos mis zapatos; los rompo del talón, de la punta, le gasto las tapillas, rompo la suela con la bici y así mil historias desastrosas. Menos mal que para todos esos problemas y otros como Oh! Me compré unos zapatos increíbles pero no me di cuenta que uno era más grande que el otro, está mi zapatero de corazón. Descubrí el taller un día paseando por mi barrio y desde ese momento que se transformó en mi favorito.
El taller lo atiende un matrimonio muy tierno que además de hacer una buena pega, cobran barato. Se los recomiendo totalmente ante cualquier problema que tengan con sus amados zapatos!
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| La galería en la que está el taller está cerca de la salida norte del Metro Manuel Montt |
Imprescindible el zapatero para el cambio de tapillas =)
ResponderEliminarsaludos
MELAINE
Jaja, yo también me he comprado zapatos de dos tallas distintas. Es muy rídiculo, pero ocurre!
ResponderEliminarTambién tengo mi zapatero regalón. Por lo general los llevo a que les pongan tapilla de goma a las suelas, ya que no me gusta que los zapatos suenen al caminar.
Cariños!!!